‘Todo me quitaron’, señala Sebastián, niño de jaulas migrantes en EU

 

De acuerdo con cifras del Departamento de Salud y Servicios Humanos desde abril más de 1,958 niños indocumentados han sido separados de sus padres; tras haber sido capturados por oficiales de Inmigración, intentado cruzar de manera ilegal a los Estados Unidos.

Esto como resultado de la nueva política fronteriza de “cero tolerancia” de la administración de Donald Trump.

“La Administración Trump quiere que los casos se resuelvan ahora en la frontera. Ya no va a haber esta cosa de te voy a dejar entrar y luego te presentas a la corte. Si te agarran entrando por la frontera te vas a quedar detenido hasta que tu caso se resuelva y eso va a incluir a los niños”, precisó Raed Gonzalez, abogado federal.

Esta decisión empeoró la situación en los Centros de Detención de inmigración que históricamente no tienen capacidad suficiente para albergar a todos aquellos capturados.

“Me tiraron todas las cosas. Me tiraron la bolsa que traía. La camisa. Solo traía tres camisas. Con una sudadera me quedé. Me quitaron la cinta del tenis. Todo me quitaron”, relata Sebastián, inmigrante guatemalteco.

Sebastián tiene apenas doce años. Su mamá quiere que su verdadera identidad no se conozca. Por miedo a que vengan oficiales de la Procuraduría de Inmigración y Control de Aduanas por ellos. Pero quieren que el mundo sepa la realidad que vivió su hijo dentro de este centro.

Lo triste es que según Sebastián, él no era el único que sufrió frío.

“Sí, bastantes niños había con nada de tapar”, asegura Sebastián, inmigrante guatemalteco.

Tampoco el único dentro de una celda.

“Habían de 17, 16, de cuatro y cinco años, niños chiquititos, el más pequeño decía quería irse con su mamá. Lloraba toda la noche. Ya quería salir de ahí”, narra Sebastián, inmigrante guatemalteco.

Uno de los puntos más estrechos del Río Bravo a las afueras de Brownsville, de este lado está el estado de Tamaulipas y bueno, el río Bravo permite cruzar de este lado de la frontera. No obstante llegar a este punto, salir de este punto son áreas bastante difíciles de cruzar, con mucho lodo, muy resbaladizo, es aquí donde los niños inmigrantes cruzan con sus padres solo para ser capturados por la patrulla fronteriza y ser separados de ellos. Son más de dos mil, según cifras oficiales.

De niños menores de edad que han sido arrebatados de sus padres, puestos en un centro de detención que está aproximadamente a un kilómetro de donde estamos localizados, esperando a que sean rescatados por sus padres, esperando un futuro incierto.

“Si un padre expusiera a sus hijos, por tan solo la mitad de lo que estos ilegales exponen a los suyos, estarían encarcelados en Texas. Están arriesgando a sus hijos haciendo esto”, comenta Mark Furhman, policía estatal de Texas.

De acuerdo con activistas, los más de 1,500 niños que duermen dentro de este excentro comercial, convertido en centro de detención, en Brownsville; son “los afortunados”. Al tener aire acondicionado y cuatro paredes de concreto y techo y cama donde dormir.

En las próximas semanas la administración Trump se dará a la tarea de abrir un campamento improvisado de casas de campaña, en la desértica población de Tornillo, Texas; cerca de El Paso. Trump planea albergar ahí a cientos de niños indocumentados más; bajo condiciones ambientales que superan los 40 grados centígrados.

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